lunes, 14 de noviembre de 2011

ANTICATARRAL CASERO


“El frío y el cierzo arrecian, los centros de salud y las urgencias se saturan y las farmacias no dan abasto para tanto enfermo. Las ventas de medicamentos anticatarrales, que se dispensan sin receta, se han disparado en los últimos días, llegando a duplicarse en muchas de las 282 farmacias que hay en Zaragoza, según pudo confirmar 20 minutos en diversos establecimientos de la capital. De hecho, la dispensación de estos fármacos (tipo Desenfriol, Couldina o Frenadol) se sitúa ya en una media de 20 a 30 envases por día y farmacia.

Estos datos representan que los zaragozanos consumen estos días unos 7.000 anticatarrales diarios, a una media de 4 ó 5 euros por fármaco. O sea, miles de euros al día gastados en medicamentos que no curan, sólo palian los efectos del mal. Existen unos 300 tipos distintos de medicamentos contra el catarro que se venden sin receta médica”.

Esta noticia publicada a finales de 2005 en un periódico local de Zaragoza, nos orienta sobre el negocio de los anticatarrales en España, pero no nos alertan de su peligrosidad como si lo hace este “informe”.

Si los anticatarrales farmacéuticos además de inútiles son peligrosos y caros; otros más populares de venta en dietéticas, también cumplen con dos de esos parámetros, caros y de dudosa eficacia; sin embargo en nuestra despensa tenemos o deberíamos tener varios alimentos frescos repletos de propiedades que no tienen los de síntesis. Veamos.

La cebolla y los ajos, Ambos destacan por su acción antibacteriana, a la que se añaden una cualidad expectorante y mucolítica. Ambos contienen compuestos azufrados, que aportan un olor y un sabor marcado, y son responsables de que su consumo facilite la eliminación de la mucosidad.

El jengibre, además de sus cualidades como planta digestiva, destaca por su poder antiséptico y expectorante. Este rizoma tiene un sabor característico de picor intenso que se atribuye a la presencia de una sustancia oleosa llamada gingerol.

El marrubio, el llantén, la malva y el malvavisco (ambas de la misma familia), son plantas ricas en mucílagos, por lo que su consumo suaviza las mucosas y reduce la inflamación. También como plantas antitusígenas, sudoríficas o expectorantes, son útiles el tomillo, el orégano, el gordolobo, el tusilago y el hisopo entre otros, que nos ayudaran contra la tos seca y garganta irritada.

El limón, por sus propiedades refrescantes, antisépticas y su contenido en vitamina C, alivia ciertas afecciones de las vías respiratorias, así como algunas inflamaciones de la garganta, afonía y amigdalitis. Su poderosa acción antibacteriana y antiviral sienta bien a las gargantas doloridas, úlceras de boca y gingivitis.

La miel como inmejorable antiséptico y antibiótico natural alivia las infecciones de garganta y faringe, otros componentes expectorantes de la miel completan su actividad medicinal en todo tipo de afecciones respiratorias tanto infecciosas como irritativas.

El mal tratamiento de las plantas medicinales en origen, que nos venden en herbolarios, no poseen gran parte de las propiedades que se les atribuyen, por lo tanto aconsejo ser vuestros propios recolectores y utilizar solo plantas de la zona recolectadas por vosotros, aprovechando excursiones y paseos.

Una vez tengamos en nuestro poder “lo mejor”, ya solo nos falta mezclarlo en un “coctel”, de eficacia garantizada y sin contraindicaciones:

Se prepara una infusión de un litro de agua (para 3 tomas diarias) de marrubio, hisopo, tomillo y malvavisco, también se puede usar, orégano o llantén; se hierve el agua, se apaga el fuego, se incorporan 2 cucharadas soperas de la mezcla de hierbas, se tapa y se deja reposar 5 minutos, se cuela y reserva.

En el vaso de la batidora (para una taza), se echa un trozo pequeño de cebolla, un diente de ajo, un trozo de jengibre pelado, del tamaño de un ajo (aprox.), se cubre con un chorro de la infusión y se tritura a fondo; se pasa a un cazo, se añade un poco mas de infusión si hiciese falta, (hasta completar una taza) y se calienta (sin llegar a hervir); apartar, en este punto se puede colar o no, yo no lo hago; añadir 2 cucharaditas de azúcar de caña, el zumo de medio limón y 2 cucharaditas de miel.

Se toman 3 tazas al día calientes y recién hechas, a pequeños sorbos y se dejan un breve espacio de tiempo en la garganta antes de tragar; sorprendentemente su sabor no es nada desagradable como se podía presuponer.

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