lunes, 6 de junio de 2011

BACTERIA MUTANTE


Anda un gran número de sesudos científicos a la caza de la bacteria que está provocando un gran revuelo en Alemania, atribuido en primera instancia a los pepinos españoles y en segunda a una bacteria mutante de desconocido origen y que parece ser que se propagó en un lujoso restaurante de reluciente y aséptica cocina, así como una brillante e inmaculada cristalería.

Una vez más, se les escapa a los dirigentes sanitarios, un cabo de su supuestamente bien atado sistema de control sanitario; les ha salido una bacteria rebelde, una chica mala que ha puesto patas arriba toda su parafernalia de instrumentos para combatir el peligroso organismo invasor.

Exhaustivos controles sanitarios, ambientes extra limpios, guantes, gorros y mascarillas no han podido cortar el paso de este escurridizo y nuevo adversario que se transforma cual virus de la gripe en un enmascarado rival.

Quizá ese rival no sea tan potente y malvado como lo pintan y más bien seamos nosotros quienes no estemos preparados para esta desigual lucha; en los últimos tiempos nuestra capacidad de defensa (sistema inmunitario) está dando síntomas de agotamiento; demasiados antibióticos, demasiado stress, contaminación, química en la alimentación, etc. debilitan nuestro organismo que incapaz de enfrentarse con grandes retos, delega en la farmacia su mayor poder de persuasión.

Nuestros abuelos, al igual como en países del tercer mundo, el contacto con la suciedad, andar descalzos, el uso menos frecuente de jabones y hasta la no proliferación de vacunas, inmunizaban y creaban la necesidad de un organismo en perenne alerta contra intrusos. Nosotros utilizamos la estrategia del alejamiento, poniendo distancia con jabones , detergentes, colonias, cremas, desodorantes, lejías, ambientadores, etc.; nuestros niños habitan en una burbuja aislada de un medio natural, ayudados por estufas y aires acondicionados, sin posibilidad de desarrollar el potencial que nuestro organismo tiene para estas nuevas bacterias mutantes.

Añoro los puestos de comida ambulante en india que comí con total confianza, descalzo y con las manos; recelo de los restaurantes relucientes, de camarero con pajarita y mesas con olor a Mr. Propper; suele haber una relación inversa entre calidad y presentación; la tortilla de la abuela, sería otra cosa en un local VIP.

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