viernes, 17 de junio de 2011

ELOGIO DE LA VAGANCIA

Vago: gandul, perezoso, holgazán, dejado, ocioso, haragán, remolón, zángano, etc.

Vago: vacio, desocupado, indeterminado, abstracto, neutro, absoluto.

Siempre he pensado que algún antepasado mío debió de ser de sangre azul, por la palpable animadversión que siento hacia el trabajo y creo que represento en esta idea a la mayoría de ciudadanos de los llamados países del primer mundo; trabajar para vivir o vivir para trabajar, no parecen las dos únicas alternativas, quizás la más saludable seria solamente “vivir”, en ello se incluiría alguna actividad física, lógica y saludable, pero nada que ver con el “trabajo”, propio de siervos o esclavos.

Trabajo: esfuerzo hecho por los seres humanos, con la finalidad de producir “riqueza”.

Esclavitud: trabajo forzoso, donde un hombre domina a otro y le impide tomar decisiones en libertad.

Según estos conceptos, no parece ni humano ni saludable el trabajar, ni mucho menos cuando el concepto de “riqueza” es tan vulnerable y cambiante; pensemos en solo 50 años atrás, el concepto de riqueza de nuestros abuelos, en un magnate árabe o en el de un desahuciado de Haití; en nada se parecen, a excepción de que todos ellos son deseos, unos más acuciantes que otros, pero deseos.

Ser un vago, no es tarea fácil y conlleva años de entrenamiento; no un vago de sofá y tele, sino un vago integral, parada total de oído , olfato , gusto, extremidades , ojo (un amigo mío lo tiene pero no es suficiente); la contemplación en suma. Intenta por unas horas estar quieto, parado, sin radio, sin t.v., sin hablar, sin escuchar, sin moverte. . . .sin pensar.; no es nada fácil. No hace falta militar en ninguna orden ni adoptar posturas raras; simplemente tumbado a la sombra de un pino, aislado del mundo y a la vez fundido con él, una charla de tú a tú con el universo, con la creación que es la única que te comprende, pues estáis hechos de la misma materia, ausencia, absoluta y vaga. Terapia mano de santo oiga.

Todavía en nuestros pueblos más aislados quedan ilustres ejemplos de un buen holgazán de los que tomar ejemplo; boina calada, garrote en mano y cabeza gacha, son los signos que delatan al spanish yogui en meditación profunda; ausentes del mundanal ruido, viajando por universos paralelos; lo mejor es que no hay edad para hacer el gandul, puede practicarse en cualquier sitio y está permitido por la ley; solo necesitas silencio y perseverancia; los beneficios serán de incalculable valor para ti, (algo menos para Hacienda).

En la India los vagabundos son venerados y respetados por la población, como renunciantes de la vida mundana, los sadhu deambulan por las ciudades o los bosques en búsqueda de la liberación.

Vagabundo: Que va de un lugar a otro sin un fin determinado. Errante ¿No os parece la definición perfecta para nuestras vidas?

Abandónate, siéntate sin ningún propósito, sin ningún esfuerzo; se vago, se feliz, se tu mismo. Dicen los que viven de nosotros que el mundo se pararía y seguramente así seria “su mundo”.
 ¿Probamos?

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