TIEMPO DE COSECHA
El huerto ofrenda sus frutos, manzanas, pepinos, tomates… Las moscas y mosquitos pasean a mi lado para retirarse como por ensalmo en el reino dónde las mariposas danzan confundiéndose con la hojarasca. Es tiempo de cosecha. El ciclo de la vida se ha cumplido.
Los dos aspectos del reino de la forma se manifiestan allá dónde la mirada descansa. Penden racimos de moras junto al resto del insecto que se balancea exhibiendo la que fue su forma.
La ajedrea florida en el camino regala un adelanto de nieve, fugaz visión del ciclo tras la hoja caduca. Nada nuevo, excepto que el sol hoy ha decidido saludarme un día más.
Una oportunidad más para sonreír, exultante, en el jardín de los fenómenos.
Ensoñación de ambrosia plena columpiándose hacia el extremo de la actividad que se agota en sí misma.
Pueril expresión de control en el vacío que todo reabsorbe hacia sí.
Dónde tener palco preferente es ya todo un lujo. Una ocasión para mirar atrás y despedir sin agravios ni apegos lo que fuiste. Una oportunidad para abrirte el pecho y ofrecer al instante supremo el cobijo de un corazón que aún late.
Una vibración que surge y sin dudarlo permites que lo inunde todo, ya sin elegir entre fuera y dentro. Con la curiosidad del nuevo juego. Con la esperanza que el sonido vibre en el espacio del gozo eterno, fundido con la luz. Sonando tras el infinito. Lanzando un puente entre todos los fenómenos existentes y vacíos.
(…mientras, el sueño reclama su espacio, el juego fenoménico está tan ocupado en su pequeño engaño que no quiere otros horizontes; pretende resolver su enigma y perpetuar su dolor…)
Carmen Andrés de Miguel - Foto : Jose L. Rubio
Paseando por Cara Cierzo
19-9-2010
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