viernes, 14 de octubre de 2011

MOSTO DE UVA "BOBAL"

Estamos en plena vendimia y por todos lados nos ofrecen grandes uvas, llamadas de mesa, de arrogante presencia, enormes granos inmaculados y brillantes, llegados de allende los mares y de perenne presencia en los comercios, cuyo aspecto generalmente es conseguido a base de regadíos y fertilizantes.

Aunque nuestra variedad “bobal” de secano, está siendo relegada por otras de mayor presencia en el mercado, las “merlot”, ”cavernet”, etc. Todavía en las bodegas de nuestros pueblos podemos encontrar vino de esta variedad autóctona y mucho más rica en nutrientes, bien conocidos por la industria farmacéutica que utiliza las rojas hojas de nuestras vides.

Los saludables beneficios de la uva derivan tanto de sus componentes nutritivos como de otra serie de sustancias. Se trata de los compuestos fenólicos, abundantes en las uvas y responsables de su color y sabor, tales como antocianos, taninos y flavonoides, todos ellos con potente acción antioxidante. Los antocianos son los pigmentos responsables del color de las uvas negras y están ausentes en las variedades blancas. Dentro de los flavonoides, el resveratrol es el más reconocido. Está presente sobre todo en la piel de la uva negra y tiene propiedades antifúngicas, es decir, impide el crecimiento de hongos en las uvas. Los últimos estudios científicos han mostrado su eficacia al inhibir o bloquear el crecimiento tumoral, por tanto se recomienda el consumo habitual de uva en caso de cáncer y si se presentan factores de riesgo; por otra parte la uva también favorece el buen estado de las arterias y del corazón. A los beneficios de las sustancias antioxidantes, se suma el aporte en potasio y magnesio, minerales que intervienen en la contracción de los músculos y del corazón. Debido a su particular composición, tiene un efecto diurético beneficioso en caso de hiperuricemia o gota y litiasis renal (favorece la eliminación de ácido úrico y sus sales), hipertensión arterial u otras enfermedades asociadas a retención de líquidos. Por la riqueza en azúcares de las uvas, las personas con diabetes y exceso de peso pueden tomarlas pero controlando la cantidad.

Recuerdo cuando en nuestras casas se consumía esta uva de postre y se conservaba hasta diciembre colgada en el “terrao”, atada con esparto a horcajadas sobre una “lata” de pino, hoy esta relegada a su consumo únicamente en forma de vino, pero sus beneficios están a nuestro alcance, no solo comiéndola, que es un poco tedioso,si no en forma de riquísimo mosto recién exprimido; nada que ver con los brebajes líquidos de los comercios.

Yo cada día me preparo un vaso de la siguiente manera (heredada de mi padre); desgrano un par de uvas sobre una cazuela o recipiente de fondo plano; lavo los granos y los voy estrujando-chafando con un bote de cristal vacio contra el fondo; añado un poco de agua, (puro está demasiado dulce) y lo cuelo con un colador metálico apretando con los dedos para sacar el máximo de mosto. Yo utilizo la “bobal”, pero podéis usar cualquier otra, siempre que sea negra o roja.

Son cinco minutos de preparación, el color podéis verlo en la foto, el sabor . . . . .?.

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